Dios es nuestro Guardador

3 No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. 4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. 5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre. Salmo 121.3-8 


“Ni se dormirá el que te guarda” (Salmo 121.3). Muchos niños pequeños sienten miedo en la oscuridad. Si se despiertan cuando todos los demás están durmiendo, pueden sentirse solos y asustados. Nuestro Dios no necesita dormir; Él está siempre alerta y atento a nuestro clamor, aunque nuestros sentimientos nos digan lo contrario.

“Jehová es tu guardador... El guardará tu alma” (Salmo 121.5, 7). Cuando los padres tienen que dejar a sus hijos, escogen a una persona de confianza para que los cuiden; se espera que ésta les proteja y alimente. ¡Cuánto más dedicado y capaz es nuestro Padre celestial! Además de preservarnos física y espiritualmente, controla los malos pensamientos, las palabras dañinas y el proceder incorrecto. Su Espíritu Santo nos advierte del mal, y también nos guía para que crezcamos conforme a la voluntad de Dios.

“Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre” (Salmo 121.8). Dios es soberano. Él está con nosotros siempre —protegiendo, señalando el camino y enseñando. Nos acompaña y guía, aun en las tareas pequeñas que parecen insignificantes.


Cuando somos adultos, muchos sentimos tristeza y un poco de temor al dejar la seguridad del hogar de nuestros padres. Pero nunca nos ausentamos del amor y el cuidado precioso de nuestro Padre celestial. Dios es nuestro Guardador, y Él cuida de nosotros mejor que cualquier madre o padre terrenales.

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