11 Entonces vi el cielo
abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y
Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego,
y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno
conocía sino él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su
nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14 Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino
finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale
una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara
de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios
Todopoderoso. 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY
DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Apocalipsis
19.11-16
En el pasaje de hoy vemos a Jesucristo exaltado
como Rey de reyes. Es mostrado regresando a la Tierra para buscar a su pueblo,
juzgar a los impíos y establecer su reino. Cuando el cielo se abre, Cristo
monta un caballo blanco en poder y gran gloria. Esta manifestación no se parece
en nada a su humilde y discreta llegada a Belén como un bebé indefenso. Esta
vez, “todo ojo le verá” (Ap 1.7) cuando venga a juzgar sin falta a la
humanidad.
Pero el rey exaltado no viene solo. Los ejércitos
del cielo, que están vestidos con el lino fino de la novia de Cristo (Ap 1.7,
8), le siguen en caballos blancos. Si usted es cristiano, puede estar seguro de
que formará parte de este ejército de santos y ángeles. Esto describe el
cumplimiento de la promesa que encontramos en Apocalipsis 5.10, donde dice que
los creyentes gobernarán y reinarán con Él.
Un día, Jesucristo reinará literalmente en esta
Tierra como Rey. Pero antes de ese día, Él viene a reinar en el corazón de cada
creyente. A veces, los cristianos tratamos de mantenerlo solo en el rol de
Salvador, pero la salvación es solo el comienzo de todas las bendiciones que el
Señor tiene reservadas para nosotros. Solo en sometimiento y obediencia a la
autoridad de Cristo, seremos transformados a su imagen y viviremos de una
manera digna de sus galardones (Ap 22.12).
¿Quién es el verdadero rey de su vida en este
momento? ¿Quién guía sus decisiones y dirige su camino? El Creador tiene un
plan y un propósito para usted, que solo puede descubrirse cuando se vive bajo
la autoridad de Cristo. Que venga su reino, y se haga su voluntad en la Tierra
y en su vida.
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