9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con
diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se
aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a
tus hijos, y a los hijos de tus hijos. Deuteronomio
4.9
La “posesión” más valiosa que los creyentes podemos
dejar a nuestros seres queridos es la fe en Jesucristo. Aunque estos deben
decidir por sí mismos el tener fe en el Salvador, los cristianos podemos y
debemos compartir las verdades bíblicas fundamentales:
·
La
salvación se encuentra únicamente en Jesucristo (Hch 4.12). A los hijos se
les debe enseñar desde temprano que la relación más importante que tendrán en
la vida será la relación con el Señor. Que creer en Él y obedecerle es vital.
·
Todo lo
que existe fue creado por el Señor, y Él es el dueño de todo (Sal 24.1).
Somos administradores de nuestros recursos, no los dueños. Como mayordomos,
debemos invertir en el reino de Dios, y no utilizar lo que tenemos solamente
para nuestro disfrute personal. Las prioridades del Señor deben ser las
nuestras.
·
Dios
tiene un propósito para cada uno de nosotros, y es muy importante descubrirlo
(Ef 2.10). Debemos buscar oportunidades para contar a nuestros seres queridos
lo que estamos aprendiendo del plan de Dios para nuestra vida. Eso hará que
deseen descubrir qué propósito tiene Dios para ellos.
·
Dios nos
dará todo lo que necesitemos para llevar a cabo su plan (Ef 4.11-13).
Nuestro Padre celestial nos da capacidades y dones espirituales para lograr sus
propósitos. El Señor ha prometido que recibiremos todo lo necesario para tener
una vida agradable a Él.
El mejor momento para compartir nuestra fe es ahora
mismo. Cada día ofrece nuevas oportunidades para hablar de nuestro Salvador.
Piense en las personas a las que pudiera transmitirles esta posesión
maravillosa.
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