Aconteció que estaba Jesús
orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor,
enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo:
Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros
pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos
metas en tentación, mas líbranos del mal. Lucas
11.1-4
Por las necesidades apremiantes y sus agendas
llenas, los padres a veces descuidan enseñar lecciones espirituales importantes
a sus hijos. Puede ser tentador dar por sentado que nuestros hijos aprenderán
en la escuela dominical a orar y a leer la Biblia. Pero la verdad es que Dios
nos ha dado a los padres la tarea de capacitar a nuestros hijos en los asuntos
espirituales.
Después de escuchar a Jesús orar, sus discípulos
reconocieron que tenían mucho que aprender, y le pidieron que les enseñara a
orar. Nosotros, igualmente, podemos motivar a nuestros hijos y ayudarles a
cultivar una vida de oración que les acompañará siempre. No es suficiente
decirles que oren; necesitan ver nuestro ejemplo. Debemos estar dispuestos a
permitirles que nos vean y escuchen mientras hablamos con nuestro Padre
celestial.
Cuando traemos nuestras preocupaciones al Señor
como familia, nuestros hijos aprenden que Dios responde a la oración. Él es
nuestro sustentador, protector y guía. Ver cómo el Señor responde a nuestras
peticiones motivará a nuestros hijos a llevar todas sus preocupaciones a Él.
Los hijos necesitan entender que la oración no es
una lista de peticiones, sino una conversación que crea una relación con el
Señor. Si ellos nos escuchan alabando y exaltando a Dios, entenderán que la
oración debe centrarse en Él, y no en nosotros. Y cuando nos vean leyendo la
Biblia y dejando que ella guíe nuestras peticiones al Señor, aprenderán a orar
de acuerdo con la voluntad de Dios.
Ya sea que usted tenga o no hijos, acuda a la
Biblia para aprender del Padre celestial cómo orar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario