5 Fíate de Jehová de todo
tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus
caminos, Y él enderezará tus veredas. Proverbios
3.5, 6
Es lamentable, pero muchas veces nos engañamos
creyendo que lo que queremos hacer es también lo que Dios quiere que hagamos.
Por tanto, cuando creemos que hemos escuchado al Señor, es muy importante que
nos hagamos unas preguntas importantes.
¿Está acorde
con la Palabra de Dios? Dios nunca le dirá que haga algo que esté en contra
de su perfecta e inmutable Palabra. Si usted siente el llamado a hacer algo
contrario a la Biblia, puede tener la seguridad de que no es el Señor quien le
pide que lo haga.
¿Puede pedir
con confianza a Dios que le permita hacerlo? Si siente intranquilidad en
cuanto a su petición, puede ser una señal de que la orden no vino de Él. Nunca
debe producirnos ansiedad invocar el poder del Señor en las tareas que Él ponga
frente a nosotros.
¿Es
prudente? El Padre celestial nunca nos llama a actuar alocadamente. Por
tanto, si no hay ningún propósito discernible en la acción, es posible que
necesite preguntarse si el mensaje vino de Él.
¿Corresponde
eso con su identidad en Cristo? Somos hijos de Dios, que día tras día somos
conformados a la semejanza de Cristo. Si usted siente el impulso de hacer algo
que va en contra de la imagen del Señor Jesús en su vida, entonces puede tener
la certeza de que Dios no le ha llamado a hacer eso.
El Señor no nos ha dejado en un vacío sin ayuda. Él
está aquí con nosotros, en la presencia del Espíritu Santo, capacitándonos para
escuchar su voz y apreciar su dirección en nuestra vida. Antes de precipitarse
a actuar, asegúrese de haber escuchado al Señor correctamente.
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