¿Ha escuchado alguna vez una canción que no había ódo en años? Es sorprendente lo bien que podemos recordar la letra mucho tiempo después; sin embargo, olvidamos con tanta facilidad la bondad de Dios para con nosotros. Los versículos de hoy nos ofrecen un buen ejemplo a seguir.
Dios
sacó a los israelitas de Egipto y los ayudó a cruzar el mar Rojo. Luego, les
dio otro camino seco al apilar las aguas del Jordán en un enorme montón río
arriba. El pueblo estaba a punto de entrar en Jericó, y gracias al poder de
Dios conquistarían la ciudad. ¡Qué compasivo fue alentarles con una ilustración
tangible de su poder antes de una batalla así!
Pero
Dios también sabía con cuánta facilidad se habían olvidado de Él antes. Así que
tenía un plan para ayudar a los israelitas a recordar el milagro del río
Jordán. Les dijo que hicieran un altar con doce piedras, cada una de las cuales
representaba a una tribu de Israel que había pasado a salvo por las aguas. Así
tendrían un recuerdo tangible del rescate divino.
Hoy
en día, nosotros también necesitamos ayuda para recordar la participación de
Dios en nuestra vida, porque con el paso del tiempo, tendemos a olvidar.
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