Encomienda al Señor tu camino, y confía en él; y él hará (v. 5).
Dios no ayuda a los que se ayudan a sí mismos; ayuda a los que confían y se apoyan en Él. Jonathan Roumie —el actor que representa a Jesús en la exitosa serie The Chosen [Los elegidos], basada en los Evangelios— comprendió esto en mayo de 2018.
Había estado viviendo en Los Ángeles, casi arruinado, con apenas comida para un día y sin trabajo en vista. Ante tal perspectiva, el actor derramó su corazón a Dios y le entregó su carrera. Dijo: «Literalmente [oré] las palabras: “Me entrego. Me entrego”». Más tarde, ese día, encontró cuatro cheques en su correo, y tres meses después, le dieron el papel de Jesús en la serie. Roumie descubrió que Dios ayuda a los que confían en Él.
Había estado viviendo en Los Ángeles, casi arruinado, con apenas comida para un día y sin trabajo en vista. Ante tal perspectiva, el actor derramó su corazón a Dios y le entregó su carrera. Dijo: «Literalmente [oré] las palabras: “Me entrego. Me entrego”». Más tarde, ese día, encontró cuatro cheques en su correo, y tres meses después, le dieron el papel de Jesús en la serie. Roumie descubrió que Dios ayuda a los que confían en Él.
En lugar de tener envidia o impacientarnos a causa los «malignos» (Salmo 37:1), el salmista nos invita a entregarle todo a Dios. Cuando centramos nuestra vida en Dios, «[confiamos] en el Señor, y [hacemos] el bien», nos deleitamos en su Persona (vv. 3-4) y le entregamos todos nuestros deseos, problemas, ansiedades y situaciones cotidianas, Él dirige nuestros pasos y nos da paz (vv. 5-6). Como creyentes en Jesús, es vital que le permitamos determinar cómo debe ser nuestra vida.
Entreguémonos a Dios y confiemos en Él. Al hacerlo, se pondrá en acción, y hará lo que sea mejor y necesario.
De: Marvin Williams
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