… de [Cristo] todo el cuerpo […], según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor (v. 16).
Cuando pienso en las mejores prácticas comerciales, no se me ocurren primero cualidades como la bondad y la generosidad. Pero para el empresario James Rhee, debería ser así. Según su experiencia como gerente de una empresa al borde de la ruina financiera, priorizar lo que él llama «buena voluntad» —una «cultura de bondad» y un espíritu dadivoso— salvó a la empresa y la llevó a prosperar. Rhee explica que «la buena voluntad […] es un verdadero recurso que se puede capitalizar y aumentar».
En la vida cotidiana, también es fácil pensar que cualidades como la bondad son vagas e intangibles, en lugar de prioritarias. Pero, como enseñó el apóstol Pablo, estas cualidades son las más importantes.
Escribiendo a nuevos creyentes, Pablo enfatizó que el propósito de la vida de los creyentes es la transformación a través del Espíritu para ser miembros maduros del cuerpo de Cristo (Efesios 4:15). Con este fin, cada palabra y cada acción solo tienen valor si edifican y benefician a los demás (v. 29). La transformación en Jesús puede suceder únicamente al priorizar a diario la bondad, la compasión y el perdón (v. 32).
Cuando el Espíritu Santo nos acerca a otros creyentes en Cristo, crecemos y maduramos al aprender unos de otros.
De: Monica La Rose
🙌🏾Reflexiona y ora🙌🏾
🙏🏾 Dios, enséñame lo que es realmente importante: el amor derramado a través de tu Hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario